sábado, 19 de abril de 2014




El paleolítico y nuestras primeras herramientas

 
Si bien el concepto de ciencia es bastante moderno, la búsqueda del conocimiento y su preservación no lo son, sino que nos acompañan desde que el ser humano se considera tal. La curiosidad es parte de nuestra naturaleza, aunque no todos coincidamos en cómo satisfacerla ni a dónde enfocarla. Y el hombre primitivo, que se hallaba en un mundo en donde todo era desconocido e inexplicable, no podía recurrir más que a los mitos como fuente de sabiduría y a la tradición oral para transmitirlo y preservarlo. Y esto se hizo durante aproximadamente 2,5 millones de años: ¡la escritura es una actividad sorprendentemente reciente! De hecho, la edad de piedra comprende prácticamente el 99% de la historia de la humanidad.
La edad de piedra suele dividirse en tres periodos: el paleolítico, el mesolítico y el neolítico; cada uno de ellos con sus respectivas subdivisiones, sub-subdivisiones, etc. En el caso del paleolítico estas son:
  •  Paleolítico Inferior: Duró aproximadamente desde hace 2,5 millones de años hasta hace 125.000 años a. C.
  • Paleolítico Medio: Duró hasta hace 35.000 años a. C.
  • Paleolítico Superior: Duró hasta alrededor del 10.000 a. C.
Homo Habilis. Imágen de Wikipedia.
En el paleolítico inferior nos encontramos con el homo habilis, quién para trocear la carne y cortar superficies duras se valía del canto tallado: un sencillo trozo de roca tallado rudimentariamente en uno de sus bordes para obtener algo de filo.
Canto tallado. Imagen de Wikipedia.
Más tarde el homo ergaster y el homo erectus perfeccionarían la técnica para crear sus bifaces (hacha de mano): la herramienta característica del paleolítico inferior, y que servía para cazar animales pequeños, raspar, perforar, machacar y cortar… prácticamente para todo. Según la Wikipedia se la conoce coloquialmente como la navaja suiza del paleolítico, nombre que es sin duda adecuado.
Bifaz achelense de 200.000 años. Imagen de Wikipedia.
Sin embargo, el homo erectus tiene un mérito mucho mayor: hace 500 mil años, domesticó el fuego. No tengo que mencionar la importancia de este hecho (sobretodo en medio de un período glacial): sin aprender su uso jamás habríamos salido de la edad de piedra.
Reconstrucción del Homo erectus. Imagen de Wikipedia.
El tipo de herramientas utilizadas en los distintos periodos permiten definir ciertas «industrias» o «culturas». Así, la industria que utilizaba cantos tallados se denomina cultura de los cantos tallados o pre-achelense; y la que utilizaba bifaces, se llama achelense. El material principal de estas industrias era el silex (SiO_2), el cual se caracteriza por su gran dureza, por su capacidad de dividirse en lascas y la de producir chispas si se golpean dos trozos entre sí. La importancia del silex es tal que se utilizaría durante todo el paleolítico.
“Wilma Neanderthal”. Recreación artística para la National Geographic Society.
El homo neanderthalensis, que habitó en el paleolítico medio, adquirió y mejoró la técnica del homo erectus, probablemente obtenida mediante el contacto con grupos de ellos. La industria característica de este periodo se llama musteriense, y se caracteriza por el uso de lascas obtenidas mediante la técnica de talla de Levallois. En esta se usan golpeadores para la extracción de lascas de un canto previamente tratado, lo que permite la obtención de utensillos más pequeños. Como es más sencillo mostrarlo que explicarlo, aquí dejo un video en el cual se obtiene una punta de Levalloisutilizando este método:






A la piedra se le agregó el uso del hueso, el asta y del marfil, materiales con los que se fabricaban instrumentos cada vez más detallados y específicos, como punzones, raspadores, agujas y otras herramientas para tratar pieles y cortar cueros.
Denticuladora, perforador y punta musteriense, respectivamente. Imágenes extraídas de Wikipedia.
En piedra destacan la denticuladora, una lasca con muescas continuas como si se tratase de una especie de sierra; el perforador, que utilizaban para horadar materias como la madera o el hueso; la punta musteriense y el buril, que se utilizaba para fabricar utensillos de hueso o asta.
Buril. Imagen de Wikipedia.
En el paleolítico superior el homo neanderthalensis y de los demás géneros homo comienzan a tener problemas para subsistir y son eventualmente reemplazados, aún no se sabe bien cómo, por el homo sapiens. Las herramientas de este periodo se asocian a cuatro culturas:
  • La auriñaciense: que duró desde el 35.000 a. C. hasta el 28.000 a. C.
  • La gravetiense: duró hasta el 22.000 a. C.
  • La solutrense: duró hasta el 18.000 a. C.
  • La magdaleniense: duró hasta el 10.000 a. C.
A la cultura auriñaciense pertenecen el instrumento musical más antiguo conocido, el más antiguo perro domesticado encontrado y la figura más antigua hallada de un animal antropomórfico. Estos son, respectivamente,la flauta de Hohle Fels, de 35.000 años de antigüedad; el hombre león de Hohlenstein Stadel, que data de hace 28.000 años; y el perro de Goyet, de 31.000. También aumentó el uso de huesos y astas en la elaboración de herramientas, como por ejemplo en mangos de instrumentos, alisadores y azagayas (puntas de lanza).
A la izquierda, la flauta de Hohle Fels; a la derecha, el hombre león de Hohlenstein Stade
La cultura gravetiense se carecterizó por unas pequeñas esculturas femeninas llamadas venus y de atributos físicos bastante exagerados.
Venus de Willendorf, de Vestonice y de Lespugue, respectivamente.
En la solutrense destacó por sus bastones agujereados (bastones de mando), las primeras agujas de hueso con ojo, y sus utensilios con forma de laurel o de sauce. Además es muy probable que sometieran a las rocas a un tratamiento térmico, el cual las hacía más quebradizas y facilitaba su tallado.
Representación de una aguja y un anzuelo solutrense. Imagen de Wikipedia.
Finalmente, llegamos a la llamada «edad de oro» de la prehistoria: la cultura magdaleniense, la cuál desarrolló una tecnología más variada y eficaz que sus predecesoras.  Se caracteriza por que la industria lítica tiende a disminuir sus dimensiones hasta convertirse en microlítica; y por el consecuente y marcado aumento uso de adornos personales, tanto es así que se cree que debió haber personas dedicadas específicamente a su elaboración. Abundan los raspadores, buriles, útiles compuestos (raspador-buril), perforadores, etc. Pero mi instrumento favorito de este periodo, si tengo que elegir, es la lámpara de tuétano (grasa que se extrae del interior de los huesos), la cual no emite humo.
Recreación de una lámpara de tuétano. El tuétano es la grasa que se extrae del interior de los huesos; y la mecha está hecha de fibras vegetales.
creencias

Representación de la famosa estatuilla Venus de Willendorf

 Sin duda alguna, la mayor cantidad de restos encontrados de nuestros antepasados pertenecen a sus enterramientos. No sólo son vestigios materiales de culturas desaparecidas, sino que también son manifestaciones de la concepción de su existencia en una época difícil, en la que la lucha  por sobrevivir era intensa.  Estos restos hablan más de lo que parece de un mundo en el que los aspectos de la vida material y espiritual estaban íntimamente unidos. Es difícil que lleguen hasta nosotros pruebas tangibles y concretas de sus ideas religiosas, eso no fosiliza, pero sí nos llegan los objetos materiales donde dichas creencias se asientan. Dichos objetos materiales son símbolos sagrados sobre los que se proyectan estas ideas profundas y hacen que lo espiritual sea más cercano y aprehensible. La necesidad de los seres humanos por comprender su existencia y destino final se manifiesta tanto en dichos objetos como en enterramientos y monumentos funerarios. 










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